Ese haz de luz brillante indicará a los navegantes que están llegando al puerto de Manta, “con esto los barcos vendrá directamente al fondeadero”, comentó don Celso Hernández Ramírez, mientras recorría la primera parte del mega parque de la ciudad.
Don Celso, buzo de profesión, que lleva 70 años viviendo en Manta, asegura que además de la obra hermosa que es el parque, el haz que contiene servirá como faro, “los que hemos navegado conocemos los poblados desde el mar, este será un punto de referencia importantísimo para los marineros».
Recuerda como al inicio la zona, conocida como La Poza, era un brazo de mar, sobre el que luego se construyó un pedazo de concreto como muelle de cabotaje, para recibir las cargas de madera, pescado y ganado, en la que acoderaban también barcos camaroneros.
Rememora además las embarcaciones que “fondeaban” alineadas, en un tramo desde donde ahora queda Inepaca y el Municipio, y como los estibadores descargaban al hombro la carga desde botes de remo. Donde es el edificio Vera quedaba la Capitanía del Puerto, dice Don Celso.
No había depósitos para combustible, la gasolina entraba en tanqueros para abastecer a los barcos en el muelle, salía uno para entrar otro por lo estrecho del paso.
Luego un empresario privado construyó un reservorio de combustible, facilitando a las embarcaciones abastecerse, entonces había bastante actividad, recuerda Hernández.
Todo eso se perdió hace décadas, cayó en desuso volviéndose triste, ahora con el parque se da a Manta una gran obra, “nunca se pensaba que tendríamos alcaldes que se preocuparan por embellecer la ciudad, debemos sentirnos orgullosos por una obra tan bonita que le va a dar más armonía al entorno”.