Son aves migratorias que han escogido la playa del Megaparque como su hábitat, convirtiendo su avistamiento en otro atractivo del lugar, además de la verde Colina Mirador, la imponente platea del teatro, la refrescante pileta o los juegos infantiles que invitan a la aventura.
Por lo tanto, se busca potenciar ese fenómeno natural como propuesta turística y con la infraestructura que le sigue, como visores, áreas de avistamiento, etc.
En ese sentido, y en coordinación entre la Alcaldía del Cambio y la fundación Bomaco (Bosques, Mares y Comunidades), se realiza un conteo de las aves migratorias que llegan a Manta.
El objetivo es monitorear las especies de aves y los motivos de apareamiento, clima, alimentación, descanso y enfocarse en aquellas en peligro de extinción.
El primer paso fue invitar días atrás a fotógrafos turísticos, naturalistas y grupos de conservación para compartir la primera parte del proyecto: el registro de las aves, proceso que durará hasta el primer trimestre del año.