La última vez que Rita Párraga Macías vio el azul infinito del mar, la inmensidad del cielo y los colores de las plantas fue a los 35 años de edad. Desde entonces su condición médica hereditaria hizo que perdiera el sentido de la visión en un 100%.
Lidiar con esta discapacidad no ha sido fácil y el proceso de adaptarse a un cambio tan drástico ha marcado su vida. Ella, que hoy tiene 60 años, contó que “con mi familia nos tocó, desde ubicar las cosas en lugares estratégicos para no chocarme con ellas, a tener que colocar pasadores y objetos que con el bastón pueda identificar para poder ubicarme. Si dentro de mi hogar es difícil, imagínenlo fuera”, resaltó Rita.
En Manta, desde la visión de la Alcaldía Ciudadana se construyen obras inclusivas que le permiten a Rita y a toda la población con discapacidad tener una mejor calidad de vida, sentirse más seguros y con mayor libertad.
Y es que después de 25 años Rita pudo recrearse con tranquilidad y sentir la libertad a través de sus otros sentidos, todo esto en una visita que realizó a la primera fase del Mega Parque, un espacio inclusivo y recreativo.
En el recorrido la acompañaron sus compañeros de la Asociación de Personas con Discapacidad Visual San Pablo de Manta. Uno de ellos, Jesús Marcano, destacó que “el lugar está pensado en dejarnos ser libres, caminar con seguridad, escuchar el mar tan cerquita, conectar con la naturaleza y respirar aire fresco”.
Afirma que aún falta, pero en Manta se está logrando lo que nunca antes se había hecho, “incluirnos” .
Esta gran obra llega a revalorizar el corazón de los mantenses, dándoles un espacio del que todos podrán disfrutar, pero, además, encaminada en convertir a Manta en una ciudad inclusiva. A nivel de infraestructura, este parque cuenta con piso podotáctil, rampas, pasamanos y áreas de descanso para personas con discapacidad.
Esta obra, que tiene un avance del 90%, permitirá a Rita, Jesús y a quienes la visiten disfrutar mediante los sentidos del olfato, el oído o el tacto, de esta Manta infinita.